La Fe y la devoción por María Auxiliadora, es muy grande por parte de la familia Paredes Baculima, quienes año tras año colaboran con la donación del castillo de fuegos pirotécnicos para la fiesta.
Como prioste de esta fiesta se encuentra participando siempre Carmen Rosa Baculima Fárez, de 47 años, quien está casada con Rafael Paredes de 52 años; y tienen tres hijos varones y una mujer; entre ellos se encargan de hacer la entrega del castillo por amor a la virgen y la devoción que tienen en la parroquia San Juan Bosco.
El encargado de la realización del castillo es Rafael Paredes, quien tiene su negocio de fuegos artificiales Reina del Cisne, mismo que empezó esta labor desde sus 14 años y a los 25 se puso su local propio, donde trabaja con esmero para las fiestas que se realizan permanentemente en todo lado.
“El trabajo ha bajado, ahora ya no se hace como antes los castillos y los globos, pero seguimos en esto porque es nuestra vocación”, menciona Rafael, quien hace memoria y dice realizar las donaciones a la parroquia desde unos 10 años atrás, por el compromiso que tiene su esposa como prioste.
Además su hija suele colaborar con una docena de globos pequeños y su hijo con la entrega de un globo gigante, por eso la familia está muy comprometida con la iglesia y con la gente para que disfruten de una tradición en Cuenca, que nunca terminará.
Sobre el castillo dice que normalmente se hacen de seis pisos, pero para la donación siempre se entrega uno de cuatro pisos con un juego de luces completo; obra que está valorada en 550 dólares.
“La devoción siempre nos ha hecho colaboradores de las fiestas religiosas”, dice Rafael quien es especialista en la construcción de todo tipo de pirotecnia, cuetes, globos, castillos, vacas locas y otras figuras como el indio Lorenzo.
La construcción del castillo por lo general lo realizan en un taller ubicado en Challuabamba, para esto utilizan carrizos, papel de funda de azúcar, papel bond blanco, harina de arcilla para hacer el engrudo y pegar y la infaltable pólvora con el carbón el azufre y salitre; todo esto molido en piedra hasta que esté fina y esté lista para ser encajada con las respectivas mechas.
Por su devoción y entrega menciona que una vez recibió una placa de reconocimiento de la Banda de Santa Cecilia, donde también colabora con la donación de un castillo para las festividades, desde hace ocho años atrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario